Autobrake o autofreno
Otro sistema clave en el frenado de aviones es el Autobrake o autofreno. Este sistema se activa automáticamente cuando se detecta que el avión ha tocado la pista y que las palancas de potencia están en posición de ralentí.
Los pilotos tienen la capacidad de ajustar el nivel de intensidad del autofreno, dependiendo de las condiciones de aterrizaje, como el peso del avión, la longitud de la pista y las condiciones climáticas.
El sistema autobrake es particularmente útil en situaciones donde se requiere una frenada suave y controlada, como en pistas mojadas o cortas. Al ajustar el nivel de intensidad, los pilotos pueden asegurarse de que el avión se detenga de manera segura sin poner en riesgo sus componentes.
Además, el autobrake permite una distribución uniforme de la presión de frenado entre todas las ruedas, lo que contribuye a un aterrizaje más seguro y a evitar también el efecto suelo.
Brake Fan
Durante un aterrizaje, los frenos pueden alcanzar temperaturas extremadamente altas, a veces superando los 400 grados Celsius.
Para evitar que los frenos se sobrecalienten y para reducir el tiempo de enfriamiento entre aterrizajes, muchos aviones comerciales están equipados con Brake Fans o ventiladores de freno. Estos ventiladores se activan después del aterrizaje para disipar rápidamente el calor acumulado en los frenos.
El uso de brake fans es esencial en operaciones donde los tiempos de rotación son cortos, es decir, cuando el avión debe despegar de nuevo poco tiempo después de haber aterrizado. Sin un enfriamiento adecuado, los frenos pueden sufrir daños o incluso fallar durante la siguiente operación de aterrizaje.
Por lo tanto, los ventiladores de freno no solo mejoran la seguridad, sino que también aumentan la eficiencia operativa del avión.