Y, aunque la situación era complicada, Sullenberger actuó con calma pero con una rapidez increíble, y ejecutó el amerizaje que salvaría la vida de todos los pasajeros que iban a bordo de ese avión.
Su decisión, considerada por muchos como un milagro, demostró la habilidad y valentía tanto del piloto como del copiloto, y su compromiso con la seguridad de sus pasajeros.
Y es que Chesley no salió del avión hasta que se aseguró de que todos los pasajeros habían sido evacuados. Una hora más tarde todos los pasajeros ya estaban en tierra, y, aunque algunos sufrían hipotermia, todos estaban a salvo con vida.
Sully demostró, con esta hazaña, un gran pensamiento crítico en momentos clave, y capacidad para actuar rápidamente, aptitudes que se trabajan en la asignatura Área 100 KSA.