• Juan de la Cierva, el español que inventó el autogiro

    Prototipo de Autogiro comercializado en Polonia

Todos estamos acostumbrados a ver helicópteros en nuestro día a día, ya sea con fines médicos, extinción de incendios o control de carreteras; pero, ¿sabías que uno de los precursores del helicóptero fue español?

Así es. Juan de la Cierva y Codorníu fue el inventor del autogiro, que daría paso, años más tarde, al helicóptero tal y como lo conocemos hoy en día. Interesante, ¿verdad?

En el post de hoy, hacemos un breve repaso de la vida de unos de los aviadores más importantes de España: Juan de la Cierva y Codorníu.


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¿Quién fue Juan de la Cierva?

Conoces los helicópteros, conoces el autogiro, pero, ¿conoces a Juan de la Cierva? Este hombre nació en Murcia, el 21 de septiembre de 1895, y es considerado como una de las grandes figuras de la aviación en nuestro país.

Y es que a él le debemos el invento del autogiro, el cual permitió desarrollar, años después, los helicópteros tal y como los conocemos en la actualidad.

Desde pequeño, Juanito, que así lo llamaban en su familia, destacó por su vocación y habilidad para todo lo relacionado con la aviación.

Sus primeros pasos en aeronáutica

Junto a dos amigos, José Barcalá y Pablo Díaz, Juan fundó la sociedad B.C.D. Esta empresa fue pionera en la investigación aeronáutica.

A la temprana edad de 16 años, en 1912, Juan de la Cierva hizo volar un avión biplano, el cual fue designado como BCD-1. Te hará gracia: A este modelo se le conoce como “el cangrejo”, debido al color naranja del avión.

De la Cierva siguió trabajando en la construcción y diseño de aparatos voladores y, en 1920, construyó su primer autogiro, el ‘Cierva C1’.

Pero este primer prototipo nunca llegó a volar, ya que la velocidad del rotor no era la suficiente. Además, el efecto giroscópico hacía volcar a la aeronave.

De proyectos fallidos a trabajar con la Aviación Militar

A la primera versión del autogiro, le siguieron dos versiones fallidas: el C2 y C3. Con ellas, se consiguió hacer pequeños saltos de unos dos metros, lo que indicaba la viabilidad del proyecto.

¡Pero Juan no se rendía! Ya en 1922, se puso a trabajar en el C4, que fue testeado en el túnel de viento de circuito cerrado del Aeródromo de Cuatro Vientos. Y, contra todo pronóstico, despegó elevándose unos 30 metros, gracias a un motor Le Rhône 9Ja de 110 hp.

Más tarde, en julio de 1923, se utilizó el mismo motor en el C5, que fue capaz de ascender hasta los 200 metros de altura. ¡El autogiro ya era una realidad!

Un año después, la Aviación Militar Española empezó a construir la versión C6. Y en diciembre de ese año, el autogiro logró realizar un trayecto de unos 12 kilómetros, entre Cuatro Vientos y Getafe.

The Cierva Autogiro Company

La escasa colaboración económica del gobierno español, provocó que Juan de la Cierva se fuera a Londres a fundar The Cierva Autogiro Company. No podemos negarlo: La capital británica le “dio alas” al autogiro.

Dos años después, se presentó el C19, la primera versión del autogiro que se fabricó en serie. Y, como era de esperar, tras una exitosa gira internacional, De la Cierva empezó a vender patentes a Francia, Alemania y Japón.

En 1932, y tras haber solucionado los problemas en el mando de acción directa, se presenta el modelo más desarrollado, el C30, que ya era capaz de despegar verticalmente.

De este modelo se comercializaron unas 150 unidades en Francia e Inglaterra, aunque también fue utilizado en Argentina, Unión Soviética, Austria, Italia, Bélgica y Yugoslavia.

Parece imposible pero, para llegar a esta versión, entre 1920 y 1936, se fabricaron más de cuarenta prototipos. ¡Este hombre era un fuera de serie!

Juan de la Cierva, el aviador que sentó las bases

Desgraciadamente, el 9 de diciembre de 1936, Juan de la Cierva falleció en un accidente aéreo mientras viajaba en un avión de pasajeros entre Londres y Amsterdam.

En su memoria, en 2001, se creó el Premio Nacional de Investigación Juan de la Cierva, y su nombre todavía resuena gracias a su invaluable aporte a la aviación moderna.

Sin lugar a dudas, Juan de la Cierva es uno de los aviadores más importantes para la historia aeronáutica de nuestro país, y gracias a él se sentaron las bases que permitieron desarrollar los helicópteros tal y como los conocemos hoy en día.

Si este artículo te ha gustado y quieres seguir aprendiendo sobre otros nombres importantes para la aviación, como el de Bettina Kadner, te recomendamos que eches un vistazo a nuestro blog de aviación.

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