En términos sencillos, las libertades del aire son un conjunto de acuerdos internacionales que conceden a las aerolíneas el derecho a sobrevolar el espacio aéreo y aterrizar en distintos países.
Las cinco primeras se establecieron en el Convenio de Chicago, que tuvo lugar después de la II Guerra Mundial, para fomentar la cooperación internacional y el transporte aéreo.
Según su contenido, las libertades del aire se clasifican en libertades técnicas, libertades comerciales y otras libertades. Vemos cada una de ellas, más adelante en el post.
Las libertades del aire tuvieron su origen en el Convenio de Chicago de 1944, pues había un conflicto entre los ideales liberalizadores de Estados Unidos y la postura proteccionista de Reino Unido.
Por un lado, Estados Unidos defendía la libertad de empresa, estableciendo libertad absoluta para crear rutas internacionales, establecer escalas y marcar el precio de los billetes.
Por otro lado, Reino Unido defendía la idea de crear un organismo comunitario, fundado sobre unos principios comunes, y que permitiera la cooperación a la vez que se mantenía la igualdad entre todos los países.
Pues bien, en la Conferencia de Chicago se llegó a un acuerdo entre el liberalismo extremo de uno y el proteccionismo total de otro, dando lugar a las bases y reglas a seguir por las compañías de todo el mundo para la creación de sus rutas.
Entonces,
Hay nueve libertades del aire reconocidas.
Las cinco primeras, también llamadas «libertades esenciales», son las más utilizadas y fundamentales para la aviación comercial. Dentro de estas, la primera y la segunda son las libertades técnicas; mientras que la tercera, la cuarta y la quinta, son las libertades comerciales.
Las cuatro libertades restantes, conocidas como «libertades especiales» u «otras libertades», son más concretas, se aplican con menos frecuencia y suelen estar sujetas a regulaciones más estrictas.
Como curiosidad: La OACI, Organización de Aviación Civil Internacional, califica de “supuestas” todas aquellas libertades más allá de la quinta, ya que solo las cinco primeras fueron aprobadas en la conferencia de 1944.
Permite a un avión sobrevolar otro país sin aterrizar.
Por ejemplo, un vuelo de Iberia desde Madrid a Berlín puede sobrevolar Francia.
Permite a una aeronave aterrizar en otro país para repostar o realizar tareas de mantenimiento, pero no para recoger o dejar pasajeros o carga.
Por ejemplo, un vuelo entre Londres y Casablanca puede hacer una parada para repostar en España.
Es el derecho a transportar pasajeros o carga desde el país de origen de una compañía aérea a otro país.
Por ejemplo, la aerolínea española Vueling puede transportar pasajeros desde Barcelona a Amsterdam.
Es el reverso de la Tercera Libertad. Es el derecho a transportar pasajeros o carga desde otro país al país de origen de la aerolínea.
Por ejemplo, un vuelo de la francesa Air France puede transportar pasajeros desde Los Ángeles hasta París.
Es la libertad más flexible. Permite a una compañía aérea transportar pasajeros o carga entre dos países extranjeros, siempre que el vuelo tenga origen o destino en el país de origen de la compañía.
Por ejemplo, Etihad Airways puede transportar pasajeros entre Málaga y Roma en un vuelo con destino a Abu Dhabi.
Se trata básicamente de una combinación de las libertades tercera y cuarta, que permite a una compañía aérea conectar dos países extranjeros a través de su base de operaciones.
Por ejemplo, American Airlines puede transportar pasajeros, carga o correo entre Madrid y Toronto, si pasa por EEUU.
Permite a una compañía aérea operar una ruta enteramente entre dos países extranjeros, sin ninguna conexión con su país de origen.
Por ejemplo, Air France podría operar un vuelo directo entre Nueva York y Tokio.
Es el derecho a operar vuelos nacionales dentro de un país extranjero.
Por ejemplo, Air Canada podría operar un vuelo de Toronto a Londres y, una vez allí, podría ofrecer vuelos desde Londres a otras ciudades del Reino Unido.
Siguiendo con el ejemplo anterior, con la Novena Libertad, Air Canada podría operar un vuelo totalmente dentro del Reino Unido, sin necesidad de conectarlo con un vuelo desde o hacia Canadá.
Tanto la octava como la novena libertad, suelen estar sujetas a importantes restricciones y no se conceden con frecuencia. Y es que ambas son formas de cabotaje, algo muy restringido por la mayoría de países, que tienden a proteger sus mercados nacionales y a limitar la capacidad de las aerolíneas extranjeras.
Las nueve libertades del aire son la piedra angular de la aviación internacional. Promueven el comercio, el turismo y el intercambio cultural al facilitar a las compañías aéreas operar a través de las fronteras.
Como futuro piloto, comprender estas libertades te dará una perspectiva más amplia del sector aéreo y de su funcionamiento a escala mundial.
Además, es que es un tema tan importante, que forma parte de los contenidos del examen de Derecho Aéreo para la obtención de la licencia de piloto de transporte de líneas aéreas, ATPL.
A continuación, te dejamos algunas de las dudas más frecuentes que suelen tener nuestros alumnos sobre las libertades del aire:
No, no todos los países han aceptado las nueve libertades. El nivel de aceptación varía, y algunas libertades están más extendidas que otras.
No, son diferentes. Los acuerdos bilaterales de servicios aéreos son acuerdos específicos entre dos países que establecen las condiciones en las que las compañías aéreas pueden operar entre ellos. Las libertades del aire aportan un marco más amplio para estos acuerdos.
¡Por supuesto! Puedes investigar sobre cada país y sus acuerdos bilaterales de servicios aéreos para ver qué libertades han acordado.
