Como te hemos adelantado: El turismo espacial no implica solo viajar al espacio. Y es que este tipo de turismo incluye todas las actividades relacionadas con la experiencia del espacio exterior, ya sea viajando más allá de la atmósfera terrestre o participando en actividades relacionadas con el espacio en la Tierra.
Así que, el turismo espacial se centra en la experiencia y el disfrute personal, no tanto en exploraciones científicas o un turismo que implique esfuerzo mental. Por ponerte ejemplos, turismo espacial también observar cómo se lanzan cohetes, o visitar museos sobre el espacio, ir a mirar constelaciones…
Como te hemos dicho, salir al espacio exterior puede ser «turismo espacial», pero también puedes ser turista de este tipo sin salir de tu casa.
Y es que hay que tener en cuenta las limitaciones de la tecnología y ciencia actualmente. Aunque sentir la ingravidez y observar el cosmos sea muy atractivo para el público, hay que tener en cuenta que, por ahora, no hay muchas empresas dedicadas a ofrecer experiencias «allí fuera».
Así que, mientras muchas personas creen y opinan que el turismo espacial es el que se realiza tras la Línea de Karman, aquí pensamos que no, que también incluye el ocio en torno al cosmos y al infinito universo que tenemos.
Y, hablando de los avances en ciencia… ¿Sabes cómo ha evolucionado esto de ir al espacio?
¿Cuánta gente ha visitado el espacio? Pues unas 600 personas desde 1961, cuando se registró el primer vuelo de humanos. Pero la curiosidad por el exterior es mucho más antigua. Nos tenemos que remontar incluso a la época en la que se construyeron las pirámides de Egipto, que están perfectamente alineadas con el cielo. Curioso, ¿verdad?
Como te decimos, desde 1950, la Unión Soviética y Estados Unidos protagonizaron una carrera espacial que marcaría un hito en la historia, ya que propició el avance sin precedentes en la exploración espacial.
No fue hasta el cambio de milenio que el turismo espacial comercial, por el que un turista puede viajar al espacio, empezó a ser una realidad. Un puñado de ciudadanos adinerados de todo el mundo se embarcó en sus salidas de ocio al espacio entre 2001-2009.
Al observar esta demanda, empezaron a surgir varios operadores de turismo espacial, como Blue Origin, Virgin Galactic y Rocket Lab. Dichas empresas se han convertido desde entonces en nombres muy conocidos, y que ahora están trabajando para algún día ofrecer viajes suborbitales, y quién sabe si incluir también aeronaves eléctricas.
En los últimos años, el entusiasmo comercial por el turismo espacial se ha apagado. El público sigue esperando con impaciencia los días en que pueda cambiar sus vacaciones con todo incluido en Benidorm por una semana de gravedad cero en el espacio, pero para la mayoría es una perspectiva irreal e inalcanzable.
El turismo espacial abarca una gama amplia de experiencias, desde las más accesibles hasta las verdaderamente orbitales.
¿Conoces algún museo del espacio? Hay lugares como el Museo Nacional del Aire y del Espacio en Washington D.C., o el Museo Memorial de Cosmonáutica en Moscú, que ofrecen a los visitantes un vistazo profundo a la historia y tecnología espacial a través de exposiciones y artefactos reales.
Sí, ver lanzamientos de cohetes también cuenta como turismo espacial. Está la posibilidad de ver un cohete despegando hacia el espacio, aunque al alcance de unos pocos. Es una experiencia impresionante y accesible, dentro de lo que cabe, para quienes desean sentir la emoción del espacio sin dejar la Tierra.
Aunque aún en desarrollo, proyectos como el hotel espacial de Orion Span proponen estancias orbitales donde los turistas pueden vivir y dormir en el espacio por periodos extendidos.
Aunque parezca muy simple, la observación de estrellas y fenómenos como las auroras boreales también es turismo espacial, ya que acerca algo tan extenso y complejo como es el universo a nuestros ojos, y se pueden sacar conclusiones y reflexiones muy buenas simplemente mirando al cielo.
