Durante la fase inicial del despegue la intención de todo piloto debe ser la de ganar altura de la manera más eficiente, y es que, como bien dice el refrán, ‘velocidad y altura mantienen la dentadura’.
Y es que, si un avión vuela alto y sufre algún problema, tiene tiempo para prepararlo todo. En el caso de que vaya rápido, puede aprovechar ese exceso de velocidad para ganar altura y aumentar así el tiempo disponible.
Para conseguir que los aviones asciendan de la manera más eficiente posible, los ingenieros calculan dos velocidades diferentes para cada modelo de avión: la velocidad de mejor ángulo de ascenso y la velocidad de mejor ascenso.
Y, aunque tienen nombres parecidos, en realidad guardan grandes diferencias entre ellas. A continuación, te las explicamos todas.